Tras una desesperada y frenética huída de los mercaderes de esclavos, el Jabato, Claudia y Taurus hallaron una tirreme romana a la que subieron creyendo que los iban a ayudar pero los romanos no les acogieron tan bien como Habían imaginado en un princípio.
El Jabato y Taurus llegaron, procedentes de Zaal, al campamento romano tras la dramática muerte de Tais.
Allí se reunió con Claudia, su prometida.
Pero el peligro acechaba. En las montañas que circundan el campamento los mercaderes de esclavos del cruel Mohamed proyectaron apoderarse del campamento aprovechando la ausencia de la mayor parte de la guarnición.
El ataque tuvo lugar con gran éxito para los agresores.
A partir de este número cambiará el ritmo de El Jabato y el dúo Mora-Darnís introducirán a nuestro héroe en grandes batallas históricas.
Irá perdiendo fuerza el "poder" de la espada de El Jabato y ya no será un prófugo romano que huye en cada capítulo. Ahora será un auténtico líder en medio de grandes batallas.
Es un lástima que atrás vayan quedando viejos enemigos y amigos que nunca se sabrá nada de ellos, aunque no es así el caso de La Pantera que resurgirá en próximos capítulos.
Ya consolidado el personje, el guión se irá convirtiendo en más denso el cual embaucará a más de un lector.
Mientras que la ciudad cartaginesa de Zaal cae en poder de los romanos Tais, la jóven amiga de el Jabato, tiene la desgracia de ser arrollada por una cuádriga.
La muchacha es conducida, en grave estado, a la tienda de Claudia.
El Jabato y Taurus consiguen alcanzar el puesto de mando del general Aurelio el cual respeta sus vidas en virtud de la palabra dada a Tais.
Tras sostener un espectacular duelo a espada con Cayo, viejo enemigo de nuestro héroe, el Jabato le perdona la vida pero...
Estamos ante una de las aventuras mejor presentadas por Mora-Darnis.
Al enterarse el Jabato de que Tais, la muchacha que le salvó la vida, se hallaba en el campamento romano negociando en favor de nuestros amigos, el Jabato renuncia a embarcar con los esclavos por él liberados y regresa a la ciudad sitiada de Zaal.
Tras vencer a Dagar, el comandante supremo de la plaza, se enfrentan con varios soldados cartagineses que los han descubierto.
Pero Victor Mora le tiene deparado a la muchacha un negro futuro.
El Jabato consigue libertar a los esclavos de las terribles minas cartaginesas de la ciudad sitiada de Zaal y los conduce hacia el muelle en busca de barcos que los lleven a todos a la libertad.
Por el camino entablan combates con los cartagineses y cuando el Jabato se halla a punto de embarcar ve al viejo médico ibero que le salvara un día la vida.
El viejo médico le habla de Tais y así se entera que se encuentra en el campamento romano a fin de mediar por la vida de nuestros amigos.
Es entonces cuando el Jabato decide no embarcar con los prisioneros huidos y quedarse.
Cautivos y desarmados, el Jabato y Taurus son obligados a descender al sombrío pozo donde se hallan las trágicas minas de oro de los cartagineses.
Una vez abajo, el Jabato consigue vencer a un brutal guardián llamado Sarko y, galvanizando los ánimos de la totalidad de los esclavos, se dispone a luchar por su libertad y la de sus compañeros.
Despues de asumir la personalidad del capitán Cartal, El Jabato dirige la batalla de los cartagineses contra los romanos ante las murallas de la ciudad de Zaal.
El encuentro termina en desastre para los Cartagineses.
Tras retirarse de la ciudad descubren al JABATO el cual, en unión de Taurus, es conducido a las terribles minas.